8/20/11
Compra primo de Azcárraga submarino
Vigo, España— El buque oceanográfico del multimillonario mexicano Alejandro Burillo Azcárraga tendrá hasta submarino, al más puro estilo Capitán Nemo.
El sumergible acaba de llegar al astillero de Vigo que construye buque oceanográfico “El Pegaso”, procedente de la firma italiana GSE de Triestre. El submarino es uno de los múltiples equipos de investigación con los que está dotado este barco, considerado como la unidad más avanzada del mundo para la investigación de los mares. Azcárraga, sobrino del fundador de Televisa, Emilio Azcárraga, lo tendrá a su disposición a finales de mes.
El artefacto sumergible tiene una eslora de 10 metros, pesa 12 toneladas y puede embarcar una tripulación de seis personas. Es capaz de alcanzar una cota de inmersión de 200 metros para realizar investigaciones marinas. En su proa destaca un gran ojo de buey panorámico para observar los fondos marinos y también posee otros dos a babor y estribor.
El presidente del astillero, Jesús Freire, asegura que el precio del sumergible sólo lo conoce el armador. “Forma parte del presupuesto de los equipos que se van a embarcar en el Pegaso”.
El submarino será incorporado al buque oceanográfico pocos días antes de su entrega. El lanzamiento y recogida del sumergible se realiza a través de una grúa pórtico capaz de levantar las 12 toneladas que pesa el submarino.
El buque, que ya realizó sus primeras pruebas de navegación, está recibiendo los últimos retoques. El “Pegaso” es un gigante oceanográfico que rompe con los esquemas anteriores de esta clase de barcos. Sus características externas son las de un yate de superlujo de 73.5 metros de eslora y 13 de manga.
Burillo Azcárraga lo encargó para satisfacer una de sus pasiones, la investigación submarina. Para ello hizo construir la cubierta principal y un camarote de 120 m2 para seguir en persona las investigaciones. El barco será alquilado a universidades de todo el mundo para investigación.
Será a finales de agosto cuando el buque, encargado al astillero Freire, en Vigo, esté terminado.
La embarcación tiene capacidad para llevar a 30 personas, entre tripulación y científicos, una autonomía de 10 mil millas y “acabados de lujo” que lo convierten en “único” de cuantos se han construido en los astilleros españoles, explicó el director comercial del astillero, Guillermo Freire.
No en vano, aparte de disponer de una plataforma retráctil que hace las veces de helipuerto y de un submarino tripulado con capacidad para seis personas, especializado en la toma de muestras y la búsqueda de pecios, reserva 120 metros cuadrados para la vivienda del armador y para seis camarotes de lujo para invitados.
Amparado en la cláusula de confidencialidad que contiene el contrato de construcción, que comenzó en la primavera de 2008, el precio del “Pegaso”, como así bautizarán al yate, es uno de los secretos mejor guardados por el astillero, aunque informaciones oficiosas hablan de una cifra superior a los mil 170 millones de pesos (80 millones de euros).
Guillermo Freire explica que en el mercado existen barcos de estas características “más grandes”, pero “desde el punto de vista de la investigación privada, quizá éste sea el mayor del mundo”.
Incide en que a los clientes de alto poder adquisitivo “ya no le gusta un yate a secas, sino que explore y haga más cosas” como el “Pegaso”, que permitirá a los amantes de las ciencias marinas o de la búsqueda de tesoros vivir la experiencia en primera persona y con todo tipo de comodidades.
Ahora bien, en el astillero vigués son conscientes de que incluso el mercado de lujo, que por lo general “aguanta perfectamente” los vaivenes económicos, también está acusando la crisis, con lo que las expectativas de un nuevo pedido de un yate de estas características se han rebajado considerablemente.
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